Emprender es siempre una aventura emocionante. Tanto si te has lanzado a ella porque no has tenido otra opción, como si lo has hecho para ser tu propio jefe. De cualquier manera, todos los emprendedores comparten un sentimiento al principio: el de no saber muy bien por donde tirar.
Es normal sentirse un poco perdido al principio. A medida que vaya pasando el tiempo y ganes experiencia, todo parecerá más fácil. Por ahora, puedes tener en mente estos tres consejos que te ayudarán a tener unos inicios más sólidos.
Parece que hoy en día, cuando se habla de emprender, todo el mundo piensa en crear el nuevo Facebook. O en hacer un ecommerce o una web de afiliados que genere rendimientos estratosféricos.
Pero no debes olvidar que hay muchas oportunidades interesantes en otros sectores. Una de las clásicas es el mercado inmobiliario. Comprar y vender o alquilar propiedades es una de las formas más sólidas de generar ingresos casi pasivos.
Los mercados financieros son otra de las opciones elegidas por muchos emprendedores. A diferencia de otros negocios, aquí no necesitas construir una web, ni alquilar oficinas, ni almacenes, ni personal… Esto elimina muchos problemas potenciales y hace que el proyecto sea más accesible. Si tienes el capital, puedes empezar en cuanto tú quieras.
Y hay varios activos muy diferentes a los que puedes dedicarte: Criptomonedas, acciones, el mercado de divisas… Puedes echar un vistazo a alguna guía de inversión en forex para saber un poco más.
Cuando empiezas un nuevo negocio, no sabes si tendrá éxito o no. Es duro ser honesto contigo mismo. Pero debes tener en cuenta que muchos emprendimientos fracasan por causas ajenas al empresario.
Por esto, es crucial no invertir demasiado antes de saber si la actividad tiene futuro o no. Empieza con lo mínimo y observa la respuesta de la clientela. Si las cosas van bien, siempre estás a tiempo de meter más dinero y hacer que el negocio crezca.
Cuanto menor sea tu inversión inicial, menos tardarás en empezar a ver beneficios. Y, en caso de que las cosas vayan mal, seguirás teniendo fondos para probar algo diferente.
Muchos emprendedores son como el hombre orquesta. Hacen de todo, todo el tiempo. Es una buena mentalidad estar dispuesto a hacer lo que sea por tu negocio. Pero más importante aún es saber ver cuándo es necesario y cuando no.
Uno de los aspectos que más frena a los nuevos emprendedores es que dedican demasiado tiempo a cosas que no hacen del todo bien. Y sólo para ahorrarse unos euros. Está claro que si no hay presupuesto, pues no queda otra. Pero, si tienes fondos, puede ser más rentable pagar a otro por hacer ciertas cosas que intentar hacerlo todo tú.
Dos ejemplos típicos son los siguientes. La persona que se acaba de comprar un piso para alquilar y lo reforma ella misma sin ser muy manitas. Otro sería el emprendedor que quiere hacer una tienda online y la crea desde cero sin saber mucho de programación.
Si estos dos perfiles hubiesen contratado a un experto en el tema, habrían acabado mucho antes. Y, mientras tanto, ellos podrían haberse dedicado a alguna cosa que saben hacer bien y que les da dinero, como buscar nuevos inmuebles o empezar a hacer publicidad de sus productos.